Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un tapiz https://pennyngmq540768.mybjjblog.com/la-historia-completa-del-cabezazo-de-zidane-a-materazzi-50702203